LA BIBLIA DE LOS LOCOS Capítulo 5º

Ojo con el relato que a continuación nos regala el sagrado libro.
DESTRUCCIÓN DE SODOMA. “Cuando los dos ángeles llegaron a Sodoma, al atardecer, Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. Al verlos se levantó, fue a su encuentro, se postró rostro en tierra y les dijo: Por favor, señores, venid a casa de vuestro siervo y pasad allí la noche; lavaos los pies, y mañana por la mañana seguiréis vuestro camino. Ellos le respondieron: No, pasaremos la noche en la plaza. Pero él insistió tanto que se fueron con él y se hospedaron en su casa. Les preparó comida, coció panes sin levadura y comieron. No se habían acostado todavía, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas, jóvenes y ancianos, todo el pueblo sin excepción, cercaron la casa. Llamaron a Lot y le dijeron: ¿Dónde están esos hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que abusemos de ellos. Lot salió, cerró la puerta y les dijo: Hermanos míos, os suplico que no cometáis tal maldad. Escuchad: Yo tengo dos hijas vírgenes; os las voy a sacar fuera, y haced con ellas lo que queráis; pero no hagáis nada a estos hombres, puesto que han entrado a la sombra de mi tejado. Ellos le respondieron: Quítate de ahí. Y se decían: Este vino como emigrante y quiere constituirse en juez; haremos contigo peor que con ellos. Le empujaron violentamente y trataron de romper la puerta. Pero los dos hombres sacaron su brazo, metieron a Lot con ellos en casa y cerraron la puerta; y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta… Yernos, hijos e hijas y todos los tuyos que estén en la ciudad, sácalos de este lugar, pues hemos venido aquí para destruir este lugar porque las quejas contra él ante el Señor son muy grandes, y el Señor nos ha enviado para destruirlo.”
Los sodomitas, que pueblo tan particular. Francamente original el modo y manera de conseguir que dos forasteros se sientan como en casa. Nada mejor que el coito anal para romper el hielo y limar asperezas, dicho esto sin doble sentido, claro. La verdad es que la degeneración era generalizada según se dice aquí, que era todo el pueblo sin excepción. Y Lot, tan acostumbrado a estos desmanes en su pueblo, dispuesto a entregar a sus dos hijas vírgenes a cambio de sus dos invitados. No sé si esto es más decente y menos degenerado que aquello. Esto es un buen vecino y lo demás son gaitas. Desde luego mucha estima no es que les tuvieran a las mujeres en este pueblo.
“Y destruyó estas ciudades y toda la vega, todos los habitantes de las ciudades y toda la vegetación del suelo… La mujer de Lot miró hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal.”
Ya está aquí el Señor Dios con aquello que mejor sabe hacer. Castigar a mansalva. Aniquilando hombres, bestias y vegetación del suelo, esta vez a base de azufre y fuego, nada de agua.
Este libro habla de creación, de futuro y de procreación. Ciertamente.
Pondremos a salvo a Lot y su familia y el Señor Dios hará llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego del Señor desde el cielo. Aniquilación del vicio y la maldad, y la mujer de Lot, por mirar atrás, convertida en estatua de sal por curiosona. No me parece equitativo, por una simple miradita semejante castigo. Otros han cometido autenticas canalladas y no recibieron castigo alguno, y no miro a nadie. ¿Cuál es aquí el mensaje? El Señor Dios aniquilando pecadores degenerados, de conducta aberrante. Entregado a la loable empresa de borrar el mal de la faz de la tierra, intentando que el hombre recobre una existencia digna en la que el bien gobierne sus actos y así, como de soslayo, convierte en estatua de sal a una mujer cuyo mayor pecado fue mirar atrás. Pregunto yo al Señor Dios: ¿Para qué la dejas marchar? ¿Para qué le das falsas esperanzas de salvación? Haberla calcinado en Sodoma con todos los demás. ¿Tan grave es, entre tanto degenerado, que un ama de casa eche una miradita a ver como los fríes? ¿No te parece a ti más grave entregar dos hijas vírgenes a una turba de depravados? Creo recordar que Caín mató a su hermano y lo dejaste morir de viejo. Yo habría hecho lo mismito que la mujer de Lot. A ver cuántos mortales, de carne y hueso, serían capaces de salir de Sodoma sabiendo que dejan atrás un episodio bíblico, un castigo divino ejemplar, con azufre y fuego del Señor lloviendo del cielo y tus vecinos friéndose por las dos caras, “over easi” que dicen los yanquis, y no echar una miradita. Además, alguien más tuvo que echar la miradita y contarlo, si no, ¿cómo nos hemos enterado nosotros?
ORIGEN DE LOS MOABITAS Y DE LOS AMONITAS.”Lot subió de Soar y se estableció en la montaña, y con él también sus dos hijas. La mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo y no queda varón en la región que pueda juntarse con nosotras como hace todo el mundo. Emborrachemos a nuestro padre y acostémonos con él, y así tendremos descendencia de nuestro padre. Aquella misma noche emborracharon a su padre, y fue la mayor y se acostó con él sin que este se diera cuenta de que ella se acostaba y se levantaba. Al día siguiente, la mayor dijo a la menor: La noche pasada dormí yo con mi padre; emborrachémosle también esta noche y te acuestas tú con él, y así tendremos descendencia de nuestro padre, y la menor se acostó con él; y tampoco se dio cuenta de que ella se acostaba y se levantaba. De este modo las dos hijas de Lot quedaron encinta de su padre. La mayor tuvo un hijo, y le llamó Ben Ammí; es el padre de los actuales amonitas.”
Bueno, de tal palo, tal astilla. Estas son aquellas famosas dos que su papá ofrecía a sus vecinos. Y claro, a ver ahora quién les para los pies. De Sodoma tenían que ser. Y esto pasa porque el Señor Dios, por una miradita de nada, nos dejó al pobre Lot viudo, sin hembra a la que llegarse. Además, las órdenes primeras del Señor Dios fueron bien claras, multiplicaos. Pues otro remedio no había.
Queda aquí demostrado que el sueño de los ancianos, en aquellos primeros tiempos, era muy, muy profundo. Y las mujeres muy, muy perversas. Después, con el paso del tiempo y el lógico desgaste de la especie, el sueño de los ancianos se ha vuelto escaso y ligero. Las mujeres no sé si han cambiado para mejor o no, yo supongo que sí, a juzgar por lo que de ellas se cuenta y el trato que reciben en este libro, solo a mejor podían ir. Sin embargo no dice aquí nada de que fueran estas dos amantísimas hijas castigadas por semejante felonía, que a lo mejor por aquel entonces no era ninguna felonía. Por mucho menos, por echar una miradita a su padre desnudo, el Señor Dios, condenó a Cám a la esclavitud. En este libro, para un ignorante como yo, no hay un criterio claro por el que guiarse, no hay criterio.
ABRAHÁN EN GUERAR.”Abrahán se instaló en Guerar. Abrahán decía que Sara, su mujer, era su hermana. Abimelec, rey de guerar, mandó que le trajeran a Sara. Pero Dios visitó Abimelec en sueños, de noche, y le dijo: Vas a morir a causa de la mujer que has tomado, porque es una mujer casada. Abimelec, que todavía no la había tocado, dijo: Señor, ¿matarás también a un inocente? ¿No me dijo él que era su hermana y ella que él era su hermano? Yo hice esto con buena conciencia; por eso te he impedido pecar contra mí y no te he dejado tocarla. Ahora devuélvesela a ese hombre. Él es profeta, e intercederá por ti para que vivas… Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas y se los dio a Abrahán… Tienes delante de ti mi territorio; habita donde quieras.
¿No es este el famoso timo de la hermanita que tan buenos resultados le dio a Abrahán en Egipto? Creo recordar que el Señor Dios no tuvo tantas contemplaciones con el Faraón en aquella ocasión. Me pregunto qué pudo ver el pobre Abimelec en una anciana, de más de noventa años, para perder el sentido como un colegial. Yo estoy convencido de que Sara tuvo que ser una mujer de belleza sublime para seguir causando estragos entre los hombres con sus noventa añitos. Y sigo sin adivinar qué motivos tiene el Señor Dios para proteger a Abrahán como si de un hombre recto y justo se tratara, cuando a todas luces carece de escrúpulos a la hora de enriquecerse. Por otra parte resulta, cuanto menos curioso, como estando los hombres en un principio hechos a imagen y semejanza del Señor Dios, han podido degenerar de tal manera, que así que ponen los ojos en una bella mujer, enseguida piensan en liquidar al marido y hacerse con la hembra. Muy curioso, sí.
NACIMIENTO DE ISAAC.”El Señor visitó a Sara como había dicho, y cumplió en ella cuanto había anunciado.
Dicho así, yo prefiero no enredarme con interpretaciones picantes del asunto, que no sería la primera vez, según antiguas y paganas leyendas, que un Dios se acopla con una mortal. Si no que se lo pregunten a sus hijos, los del Señor Dios, aquellos que en un capítulo anterior recorrían la tierra quedándose con las mujeres que más les gustaban. Prefiero no enredarme.
Isaac, así se va a llamar el muchacho deseado, que significa “aquel que hará reír”, “aquel con el que Dios reirá”. Porque antes había hecho reír a Sara y Abrahán. Que también en esto hay mensaje. Aunque aquí, en este libro, de la risa del Señor Dios, hasta ahora, no se ha dicho nada, ni de ninguna criatura, hecho, situación o circunstancia que pudiera provocarla. Nada, de risas divinas, nada.
“Sara concibió y dio un hijo a Abrahán ya en su vejez, en el tiempo predicho por Dios.”
El milagro prometido se ha consumado. Abrahán y Sara, un par de viejecitos, son padres de un hermoso bebe, Isaac. Tuvo que ser bien difícil la crianza. Estos dos viejecitos tenían que estar sanos como robles porque aguantar los berrinches y pataletas típicas del bebe, las madrugadas de insomnio, cambiar los pañales y darle su papillita con los temblores de manos normales a esa edad, es casi tanto milagro como haberlo tenido. En Isaac continuará el Señor Dios su proyecto, y a Ismael, el hijo que Abrahán tuvo con la esclava Agar, lo destina a vivir en el desierto, para que no moleste a su hermano Isaac a la hora de repartir la herencia y se convierta en un gran tirador de arco, que lo dice el libro.
Ser un gran tirador de arco es actividad más acorde con su condición de hijo de esclava. Esto lo digo yo.
PACTO DE ABRAHÁN CON ABIMELEC.
Abrahán, como siempre, trajinando pactos y negocios con el amedrentado Abimelec que, después de lo visto, ya sabe que hay que llevarse bien con el protegido del Señor Dios, y no con su mujer, no vaya a ser que por un asuntillo de nada extermine a todo un pueblo con bichos y todo.
SACRIFICIO DE ISAAC.”Después de esto, Dios quiso probar a Abrahán, y le llamó: ¡Abrahán! ¡Abrahán! Este respondió: Aquí estoy. Y Dios le dijo: Toma ahora a tu hijo, al que tanto amas, Isaac, vete al país de Moria, y ofrécemelo allí en holocausto en un monte que yo te indicaré.”
De verdad digo que a mí estos episodios me cuesta imaginarlos, visualizarlos. Lo intento y visualizo a Abrahán, que todavía no se ha acostumbrado a la hache esa que le colocó el Señor Dios en el nombre, con más de cien años, cara de asombro y tratando de recordar qué fue lo que comió, o bebió, que le produce alucinaciones tan demenciales y rocambolescas
-Qué raíz, hierba o mierda seca comí yo para escuchar esta voz que escucho diciendo semejante “estulticia”.
Y aquí fue, estoy seguro, la primera vez que se utilizó esta palabra en la historia de la lengua y de la humanidad, porque hacía falta. Por eso visualizo también al Señor Dios repitiéndole a Abrahán la mamarrachada esta tres o cuatro veces. Y Abrahán, asombrado, golpeándose la cabeza y deseando no haber sido elegido, ni haber firmado pacto alguno con semejante botarate de creador. – ¿Pero tú, Señor Dios, estás bien? ¿En tus cabales? Pero después de darme un hijo a mis cien años, después de hacer pasar a Sara,” estéril”, por un embarazo a sus noventa, con el peligro que tiene un parto a estas edades, ¿ahora me vienes con esto? No será mejor que te acuestes, que tú más de siete días no estás acostumbrado a trabajar.
Ya estamos, de viaje otra vez. Seguramente yo soy incapaz de entender qué divinas causas mueven a un Dios creador, todo él perfección y justicia, a experimentar con ideas tan pérfidas y dolorosas para los que, se supone, son sus elegidos. Si esto hace con ellos, ¿Qué no podrá hacer con los que no lo son? Tal vez los pueblos que sufren miseria, muerte y calamidades solo están pasando alguna de estas originales pruebas divinas a las que son sometidos los elegidos o, por el contrario, no habiendo sido elegidos, pueblan el planeta a modo de relleno, como las bestias campestres, y sus vidas y peripecias no le importan ni a Dios.
“Luego tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo. Entonces el ángel del Señor le llamó desde el cielo y le dijo ¡Abrahán! ¡Abrahán! Éste respondió: Aquí estoy. Y el ángel le dijo: No lleves tu mano sobre el muchacho, ni le hagas mal alguno. Ya veo que temes a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu hijo único.”
Perdóneseme si en algo ofendo pero yo creo que aquí el libro no dice verdad. Hijo único lo sería, en todo caso, de Sara, que Abrahán, lo dice en este libro bien claro, ya tenía alguno más. Tampoco tengo yo muy claro que fuese un ángel del Señor el que detuvo a Abrahán. Yo creo que, conociendo a Abrahán y sus andanzas, Sara estaría sobre ojo, que para ella sí que era el hijo único, y viendo los preparativos y componendas que se traía su marido, siguiéndolo a prudencial distancia, le salió al camino con un garrote y le quitó las ganas de ofrendas y tonterías de patriarca.
-Si le tocas un pelo a mi Isi, te deslomo a palos, desgraciado. Tú siempre con tus bobadas y tierras prometidas y zarandajas. Siempre hablando, oyendo voces que te llaman y recibiendo encargos de ese Señor tuyo. ¿No es un Dios? Pues que lo haga Él y se deje de meterte a ti en tanto fregao. Idiota, que eres un idiota. Andar peregrinando por ahí, igual que un lelo, buscando dónde acuchillar a tu hijo… Te doy un palo en la cabeza y verás como ya no vuelves a escuchar voces. Majadero.
Al final solo era una broma pesada, acorde con la mente suprema que la concibió. Y todo este riesgo después de haber obrado milagros para que Sara quedara encinta. Menos mal que Abrahán no estaba algo sordo, que no sería tan raro a su edad, porque si no, para cuando el ángel del Señor quisiera pararlo, ya Isaac tenía una cuchillada y nos habríamos quedado sin la numerosa descendencia que necesita este proyecto. Ya me veo al Señor Dios escogiendo otro viajante casado con una hembra estéril. A mí estas ocurrencias, que en el libro se le atribuyen al Señor Dios, me suenan muy mucho a ocurrencias de cerebro humano. Humano y enfermo.

SOÑANDO OTRA VEZ.
En mi sueño veo a Abrahán afanoso de acá para allá, acarreando piedras y leña con las que construir un bonito altar en el que sacrificar a su hijo predilecto, Isaac, que está a pocos metros de allí, atado de pies y manos, mirando boquiabierto el trajín que se trae su padre. Abrahán no se ha dado cuenta de que un gorrino, con gafas de sol y botas de goma, se acerca con andares campechanos. Cuando lo ve Adán el gorrino está parado junto a Isaac. Abrahán, después de sobresaltarse, lo mira entrecerrando los ojos, intentando adivinar qué nueva aparición o fenómeno inexplicable es aquel. De dónde puede haber salido un personaje semejante, irreconocible hasta para él, un elegido acostumbrado a ver y hablar con ángeles y enviados del mismísimo Señor Dios. Aquello era un gorrino, eso es seguro. Pero erguido, con gafas de sol y botas de goma, él no lo había visto jamás.
Adán el gorrino baja un poco las gafas con su pezuña y, mirando a Abrahán por encima de ellas, le dice.
– ¿Qué andas haciendo?
– Estoy preparando todo esto. – Contesta Abrahán – tengo un encargo, algo que hacer. El Señor Dios me ha hablado, es algo importante. Tú no lo entenderías.
Adán señaló a Isaac, allí atado, y dijo.
– Sí, tiene que ser algo importante. Y muy raro. Tener a tu hijo aquí, atado de pies y manos, no parece un encargo de andar por casa. Parece que fueras a sacrificarlo como si fuera un carnero.
– Es su deseo. – Contesta Abrahán. – Él me lo ha ordenado. Me colmará de bendiciones si hago esto. Multiplicará mi descendencia.
– Pues en este caso más bien parece que está dividiendo esa descendencia tuya. – Le responde Adán con una irónica sonrisa. – Y para multiplicaciones yo creo que estás algo mayorcito ya. Ese afán que tienes por multiplicarte no cuadra muy bien con esta facilidad para liquidar a tu único hijo.
– El Señor obra milagros. Contesta Abrahán.
Adán, sentado en una piedra junto a Isaac, le contesta.
– Sí que obra milagros. ¿Te parece poco milagro conseguir que un padre sacrifique a su hijo como si fuera carnero? Si sacrificas a este no sé qué pensará su madre. Eso sí que va a ser un milagro, convencer a tu esposa para que multiplique tu descendencia, después de esta chaladura.
Abrahán ya tiene el altar terminado, un montón de piedras y leña, y empieza a pasear nervioso con un cuchillo en la mano mientras murmura.
– Tengo que cumplir la voluntad de mi Señor. Yo solo soy su humilde servidor.
Adán el gorrino se levanta para inspeccionar el altar, da un par de vueltas a su alrededor y asiente con la cabeza diciendo.
– Sí señor, ya está listo. Solo tienes que, como humilde siervo de tu Dios, coger a tu hijo amado y acuchillarlo. Si eres capaz de hacerlo, yo, desde luego, no te arriendo las ganancias. No creo que entonces te sirva de mucho esa humildad de la que hablas. Sería más humilde reconocerte incapaz de semejante disparate, cortar las ataduras a tu hijo y aceptar el castigo del tipo este que tú y yo sabemos. O, ya puestos a ofrecer vidas, deja a tu hijo y ofrece la tuya, que ya estás para criar malvas.
Abrahán, fastidiado, le contesta.
– Y tú ¿quién eres que hablas así? ¿Qué sabes de todo esto?
-Yo soy Adán, y doy gracias por no haber tenido padre, un padre como tú. Ando dando vueltas por la obra. He visto todo lo que el tipo este ha hecho y deshecho. Hasta que él empezó con todo esto, aquí no había mucho qué ver. Después ya no sabe uno dónde mirar, que en todas partes tiene materia y asuntos que resolver. Y no siempre le salen bien las cosas, que no todos son humildes siervos como tú, ni tienen sus bendiciones. Quién te dice que no cambia mañana de opinión y os vais tú y toda esa descendencia prometida a comer azufre, para colmar de bendiciones a otro, igual que hoy sacrificas a tu hijo. No sería la primera vez, ¿sabes? A él no le gusta mucho que yo ande husmeando por aquí hablando con vosotros. Él habría preferido que no me conocierais, pero a mí me gusta ver cómo van las cosas y, francamente, esto de tener atado a tu hijo de pies y manos y el cuchillo listo para dañar, no me parece síntoma de que aquí vayan bien las cosas. Yo, que tú, soltaría al chico y me lo pensaría un rato antes de darle gusto al Señor Dios y disgusto a tu señora esposa. ¿Cuándo acabes con esto qué harás? ¿Cuál va a ser tu vida? ¿Te consolará la multiplicación de tu descendencia de haber sacrificado a tu hijo favorito? Será la descendencia de un tarado. Mientras decía esto, como quien no quiere la cosa, Adán el gorrino iba soltando las ataduras de Isaac.
Abrahán contestó
¿Y qué puedo hacer? El Señor me ha colmado de bienes. He de obedecer y seguir sus designios. He de ofrecer a Isaac, mi hijo amado.
Adán concluyó   

-Pues qué vas a hacer, lo que hace la gente a tu edad. Dar paseos, contar historias, vigilar las obras y no andar por aquí sacrificando hijos, idiota. Y acompañó lo dicho dándole una colleja a Abrahán en el cogote.
– Ahí te quedas, yo me voy a seguir con mi garbeo, no quiero tener nada que ver con estas chifladuras que os traéis tú y el tipo este.
Adán se va valle abajo sin volver la vista y yo me despierto sin saber quién salvó a Isaac del cuchillo, si un ángel del Señor, o un gorrino con gafas de sol y botas de goma.