SOLO PARA ADULTOS

Como todos sabemos yo no veo la tele más de trece minutos al día, y si no lo sabemos es porque no estamos muy atentos a lo que aquí se escribe. Trece minutos siempre me han parecido más que suficientes. Antes. Ahora ya me parecen insoportables. El país que sale por ella me da vergüenza, porque no es el país que yo conozco, ni el que vivo. Es el país que se ha montado esta piara de figurantes y tiralevitas. Yo vivo entre gente honrada (habrá excepciones, claro). Gente corriente, es decir, que no la mueve ni persigue espurios objetivos. Gente que no merece los políticos huéspedes que soporta. Aún así, no quiero que la libreta eléctrica se empape de tanta bazofia y mondongo como generan estos palurdos que tenemos por castigo. Así que, por sacar de este ambiente mi libreta eléctrica, voy a escribir un cuento un tanto especial. Solo para adultos.

Voy contaros un picante sucedido
que por cierto y por verdad me se contó
escuchar que os llegue a los oídos
lo que al güeno de Indalecio le pasó

Caminaba tan contento y distraído
por los montes de la tierra onde nació
cuando en medio de un solitario camino
una mu flamante boina se encontró

De cuando estaba allí la boina
naide supo dar razón
naide preguntó por ella
ni lo acusó de ladrón

Ni corto ni perezoso cogió la boina Indalecio
y viendo que era su talla allí mismo la estrenó
parecióle más que bien el bajo precio
y con la boina calada pal pueblo se encaminó

Poseía la tal boina la increíble cualidad
de poner a hervir la líbido del que a mirarla alcanzaba
fuese hembra o fuese macho, ser humano o animal
el apetito sexual la boina les despertaba

Llegó el Indalecio al pueblo
cuando el sol más calentaba
se fue a charlar con Basilia
como siempre acostumbraba

Allá entró por los corrales
buscando la sombra fresca
onde Basilia y Tomasa
le estaban dando a la lengua

Las buenas les dio Indalecio
a Basilia y a Tomasa
preguntó por los maridos
y por todos los de casa

Arrimose el Indalecio
pa disfrutar de la charla
acomodose en el corro
a la sombra de la parra

Mirar lo que traigo puesto
que la acabo de encontrar
estaba allí en la parcela
y nuevecica a estrenar

Las dos paisanas a una
le echaron vista a la boina
y a partir de este momento
cambió del todo la historia

Pusiéronse ambas verriondas
con la sangre en un hervor
y en menos que canta un gallo
la ropa toda sobró

Se espatarró la Basilia
que ya más no se pudiera
sin correr riesgo mortal
de descoyuntar las piernas

Chorreando de sudor
quitó la boina Indalecio
y al colgarla de la parra
la boina extendió su efecto

Formose allí un revoltijo
de partes blandas y duras
de carnes un amasijo
de sudorosas gorduras

Cuando mejor lo pasaban
entró el cura en el corral
el ama lo acompañaba
en su ronda semanal

Los ojos se restregaron
mirando escandalizados
y al demonio le achacaron
aquel horrible pecado

Entonces fue cuando el cura
miró la boina colgada
se arremangó la sotana
y se lanzó a la pomada

El ama se hacía mil cruces
ante semejante orgía
si no encontraba remedio
cuatro almas se perdían

Pensó que la solución
sería tocar las campanas
tocando a fuego sin duelo
pa buscar quien lo apagara

Pero miró pa la boina
y en vez de tocar campanas
agarrose del badajo
debajo de la sotana

Y no paró aquí la historia
pues más gente iba llegando
que por causa de la boina
al corro se iba sumando

Olvidáronse rencores
las rencillas y disputas
mezcláronse los sudores
realizando mil permutas

El que desveló el asunto
nunca se supo quién
siendo en el pueblo cincuenta
llegó a contar hasta cien

Cuando ya las partes duras
perdieron el su vigor
y lo que antes fue gusto
tornábase en escozor

Dieron fin a la faena
buscando entre los montones
camisas y pantalones
y hasta mañana mu güenas

La boina del Indalecio
nunca más apareció
pérdida tan desgraciada
más de uno la lloró

Así me se contó a mí
lo que acabas de escuchar
y si no aparece la boina
nunca más vuelve a pasar.

Haya salud y suerte.

3 thoughts on “SOLO PARA ADULTOS

  1. Pues, ¡qué pena! y la boina?.
    Vales lo mismo para un roto que para un descosido,Qué envidia!

  2. En los pueblos la fama de los curas era que esto podría pasar pero incluso sin boina (Habladurías!?).
    Ahora falta un cuento para niños, porque los políticos y el país me temo que va a seguir igual

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