YA SOMOS COMO ELLOS

Tenemos un problema. En la obra tenemos un problema. Nos han robado todita la herramienta, además de otros artículos y material. Ha sido esta noche. Mientras dormíamos plácidamente en nuestras camitas, otros facinerosos se han pasado la noche acarreando herramienta desde nuestra obra hasta su furgoneta. Sin herramienta, la obra es bastante parecida a la nada. Nos sentimos un poco idiotas dando vueltas de acá para allá como zombis. Así que nos hemos pasado la mañana asimilando la sorpresa y el fastidio, cuantificando los daños y elucubrando sobre el asunto.
El primero que se ha puesto en plan detective ha sido Doc. Después todos nos hemos puesto a investigar como si fuéramos de la unidad especial de criminología científica de la CIA. Nos lo hemos pasado como enanos (¿qué se supone, que los enanos siempre se lo pasan bien?)
Está claro que el robo se perpetró valiéndose de un vehículo bien grandote. El volumen de lo robado y las rodadas así lo indican. Hay huellas por toda la obra y el perímetro de al menos tres pares de botas y uno de zapatillas. Es decir, que o bien eran cuatro individuos, o eran dos y se cambiaban de botas a su gusto. Hay también huellas de un gato pero no creemos que esté mezclado en el asunto. Uno de ellos vigilaba el cotarro desde la esquina porque dejó en el sitio más de una colilla, y de tabaco caro, nada de estrecheces. Han dejado latas de cerveza por toda la obra lo que nos lleva a pensar que este tipo de trabajo no los tenía demasiado estresados o tensos. Tenemos indicios suficientes como para afirmar que dos de ellos eran, o bien subordinados, o bien idiotas, porque en el transporte de la herramienta más pesada siempre están sus huellas, las mismas, las de los otros dos ni se acercan. También hemos encontrado pruebas de que, durante el episodio, alguno de ellos sufrió un apretón. Bueno, lo que hemos encontrado es mierda. Sospechamos que no eran de nacionalidad española, porque se han llevado dos palas y eso no es normal, a menos que tuvieran en la furgoneta un cadáver por enterrar. Hemos llegado a la conclusión de que, en cuestiones de obra, no son entendidos, porque se han llevado la radial pero han dejado la llave para aflojar el disco. Se han llevado la hormigonera pero no el cable para enchufarla. Se supone que a robar se dedican aquellos que no quieren trabajar, o sea, los vagos. Pues estos no encajan en el perfil, porque para llevarse todo lo que se han llevado han tenido que trajinar de lo lindo, y además tendrán que bajarlo de la camioneta en algún sitio, así que esto solo fue la mitad del trabajo. A esto hay que sumar los gastos de gasoil y mantenimiento de la furgoneta, que no es este un trabajo cualquiera, que no se puede permitir que la furgoneta falle justo cuando te fugas, en plena madrugada, con las herramientas de otro. Está la nocturnidad, que siempre está mejor pagada y no te cuento si encima es día festivo. Desde luego tienen que ser gente sin escrúpulos, porque lo mismo desmontan un andamio que despiezan todos los grifos de un cuarto de baño. Suponiendo que se lo hayan llevado para revenderlo en el mercado negro, no creo que con lo que les paguen por la mercancía lleguen a cobrar por hora lo que el trabajo merece.
Luego el lado humano del asunto. ¿Quiénes son estos desalmados? ¿Harán una pausa en su faena para comer el bocadillo? Estarán casados. ¿Qué vida marital es esta? Con tu mujer sola en la cama mientras tú te aventuras en las sombras de la noche, sin saber si volverás a casa y en qué condiciones, porque puedes ser sorprendido en el ruin acto delictivo y tener que salir por patas, corriendo desesperado por parajes desconocidos para volver a tu guarida no se sabe cómo, o con una manta de palos que en la oscuridad de la noche no sabes ni quién te los dio. O dar con tus huesos en algún calabozo de provincias y llamar desde allí a tu fiel (se supone) esposa para que llame al abogado de la empresa.
Por otra parte, este tipo de robo demuestra a las claras la falta de clase de quien los comete. Robar a gente humilde sus herramientas de trabajo mientras hay tantísimas sucursales de banco amontonando el dinerito de los avaros, no me parece a mí que sea cosa decente. Un poco más de coraje profesional no les vendría mal, porque con esta conducta están tirando por tierra la reputación que con tanto sacrificio ganó Robín Hood para el oficio.
En el pueblo dicen que ya nadie está seguro en estos tiempos. Ni los pobres estamos libres del robo. Ni entre nosotros nos respetamos. Ya todo vale con tal de medrar. Ya somos como ellos.
Haya salud y suerte.

PERSONAS HONRADAS.

Soy un privilegiado. Me creía una persona normal con más cuitas que alegrías. Pero no, no es verdad. Soy una persona normal, eso sí es cierto (esto me parece a mí, no sé lo que pensarán los demás), pero con mucha suerte. He querido estar durante un tiempo apartado de este carnaval que tenemos por mundo. Saborear mi entorno y la gente que a diario me rodea. No he querido escribir nada aquí, en la libreta eléctrica. No he querido prestar demasiada atención al cacareo incesante de los medios. No he querido compartir el pesimismo solidario que nos piden los filibusteros que tenemos por amos. He decidido hacer exactamente lo contrario. Vivir de espaldas a sus consejos interesados. Ignorar sus letanías hechas al dictado de su señor. Quieren que los pobres de la tierra hagamos un poquito más de sacrificio para salvar su culo de cuatreros. Yo he decidido que soy sordo. Que voy a dedicar mi sacrificio y esfuerzo a mis iguales. Que ayudando a los de mi igual, en lo que puedo, es como saldremos de esta pocilga que ellos quieren sanear. Yo no quiero sanearla. Yo quiero que la mierda les llegue a las narices y en ella ahoguen su ansia mezquina. Yo quiero aportar mi sacrificio para ayudar a mi vecino.
Soy un privilegiado porque durante este tiempo he disfrutado, entre la gente corriente que me rodea, de vivir tranquilo entre personas” HONRADAS”, lo que, teniendo los políticos y leyes que tenemos, es un auténtico milagro.
Haya salud y suerte.